Te acariciaba, mar, en mi desvelo.
Te soñaba en mi sueño, ¡inesperado!
Te esperaba en la sombra recatado
y te oía en el silencio de mi duelo.
Eras, para mi cuerpo, cielo y suelo;
símbolo de mi sueño, inexplicado;
olor para mi sombra, iluminado;
rumor en el silencio de mi celo.
Te tuve ayer hirviendo entre mis manos,
caí despierto en tu profundo río,
sentí el roce de tus muslos cercanos.
Y aunque fui tuyo, entre tus brazos
frío,
tu calor y tu aliento fueron vanos:
cada vez más te siento menos mío.
Poeta mexicano
https://www.poemas-del-alma.com/xavier-villaurrutia.htm
📷 de Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)
El mar, ciertas veces, es esquivo.
ResponderBorrarBesos.
Así es... el mar es infinito en sus poderes... un abrazo para ti amigo, gracias por venir.
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