Siempre fui adicto a las figuras
fugaces,
lo sigo siendo, aunque duele demasiado
ser relámpago en un solo pino,
ser un viento nocturno y arrítmico.
No acepto el rumbo único, ni mi desgana,
el efímero polvo que soy y que moldeo,
esos residuos de alquitrán en mi
recuerdo,
vuestro mundo compulsivo e inacabado.
Mi luz es un silencio hilvanado.
Cuando consigo flotar sobre un pecho
termal,
y soy el sueño cumplido, la meta
alcanzada,
y puedo colarme entre los espacios del
tiempo
pasando cada página con la lengua.
La mancha de tomate en mi camisa,
el brindis sin motivo ni efemérides,
la palabra en la diana, el verso en el
alma,
los choques fortuitos que acaban en
caricias.
Mi sombra es un baúl sin nombre.
Donde guardo mi bocado avaricioso,
la vergüenza homicida, el azar
traicionero,
mis puños sísmicos, tan cobardes,
los limbos que he construido convencido.
Mi limitación, un solo lugar, solo un
instante,
un millón de amantes que nunca sabrán
que existo.
La noche callada, el pasodoble sin
pareja,
la retirada sin comienzo, la asfixia de
vivir.
Mi luz es una tarde tibia y paciente.
Y allí sonrío al amigo tangible, al
verano granate,
a un mar que quiere ser yo y me desnuda.
Amo el sol, el pétalo, los raíles que
nos llevan,
el ritmo, los días suficientes, el café
cómplice.
Lanzar Marte a una cesta, rejuvenecer
sin freno,
el beso primitivo, la sábana que es una
boca.
La carcajada mutua tras el largo
desacuerdo,
sin más pretensión ni ambición que
existir.
Nach (1974)
Rapero y compositor español
https://www.youtube.com/@rapcorazonfuerza
📷 fotografía del autor
tomada de
Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)
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