¡Que daría un muerto por los rayos de la
luna!
Dijimos tu y yo, cuando sobre las alas
del deseo
llevados por el encanto del amor
–mirando al cielo juntos-
soñamos con la eternidad en lo que dura
un instante.
Que daría un muerto para ver un pobre
rayo
que desciende de la luna y la tierra
toca,
para sentir una vez más que su frente
ilumina
y que en su pecho la vida se refleja.
Seguramente, creíamos que el cambiaría
con alegría
su tranquilidad eterna y su paz
inquebrantable.
Por un rayo de luna, por una dulce
locura,
por el instantáneo amor de otra vida.
Pero el momento de amor vuela, vuela
alejándose.
En su lugar nos queda la amargura y la
nada.
¡Ah! Para llevar la carga de un calvario
que no cesa.
Con tu muerte en el alma te arrastras
día tras día.
Si daría un muerto por un rayo de luna
su tranquilidad eterna, yo
voluntariamente entregaría
todos los rayos de luna, todos los rayos
de sol
para a ti poder olvidarte y sentir como
mi alma muere.
Verónica Micle (1850 - 1889)
https://revista.poemame.com/2018/10/18/7-poemas-de-veronica-micle/
https://clubdepoesia.com/veronicamicle/poesia/
Poeta Rumana
📷 de Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)
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