Yo nunca resistí las despedidas
con su mezcla de muerte y precipicio
con el aroma amargo de la finitud
empalagando el ánimo
con esa luz de hielo matutino
que penetra debajo de los párpados.
Yo nunca resistí las despedidas
pero no sé por qué.
Me lo pregunto porque no ha supuesto
una sorpresa súbita casi ninguna de
ellas.
He solido saber
con esa exactitud de los relojes
el lugar, el momento
la documentación y el escenario
en que sobrevinieron.
No hay engaño. El jueves diecinueve
era un jueves sin ti. Estaba escrito
mucho antes que las lágrimas
anunciasen el fin
y todo fin es único.
Las despedidas son como el otoño
inevitables pérdidas
vienen puntuales con aviso previo.
Nadie puede acusar de su tristeza
a la pequeña hoja tiritando dormida
en medio del camino.
De repente esa hoja me recuerda
los hoteles pintados de naranja.
Son dos cosas que llegan de otra época
igual que llega la bruma de noviembre.
Traen una carga de nostalgia limpia
sin traición ni sorpresa.
Y sin embargo el alma
no logra acostumbrarse en una vida.
Yo nunca resistí las despedidas
porque en cada una de ellas se marchita
la voz
de todas las personas que yo he sido
y ya no puedo ser.
Raquel Lanseros (1973)
Poeta y traductora española
http://www.raquellanseros.com/
📷 de Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)
Las despedidas, a veces, son pequeñas muertes.
ResponderBorrarBesos.
Quisiéramos nunca despedirnos de quienes amamos, debemos aprender a sentirlos de una manera invisible, pero no menos intensa. Gracias amigo por brindarme tu compañía, un fuerte abrazo.
BorrarQue poema más hermoso!! Gracias por traerlo
ResponderBorrarPaz
Isaac
Gracias amigo, ella es una poeta espléndida, la admiro mucho. Te mando un abrazo, gracias por venir.
BorrarPaty querida que precioso poema, me dio tristeza pero eso no le quita la belleza.
ResponderBorrarAbrazos y besos mi querida amiga
Hay verdades que nos provocan tristeza amiga, pero ella es una emoción más, no hay que tenerle aprehensión, salvo que se quede pegada en forma insistente, en ese caso hay que ver el fondo de esa aflicción no sanada. Gracias por leerla a pesar de la pena amiga, te mando un abrazo y beso.
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