Si yo fuese Dios
y tuviese el
secreto,
haría un ser
exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de
los panaderos
cuando prueban
el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor
fuese
igual al tuyo, o
sea
tu mismo olor, y
tu manera
de sonreír,
y de guardar
silencio,
y de estrechar
mi mano estrictamente,
y de besarnos
sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención
cuando te beso-;
entonces,
si yo fuese
Dios,
podría repetirte
y repetirte,
siempre la misma
y siempre diferente,
sin cansarme
jamás del juego idéntico,
sin desdeñar
tampoco la que fuiste
por la que ibas
a ser dentro de nada;
ya no sé si me
explico, pero quiero
aclarar que si
yo fuese
Dios, haría
lo posible por
ser Ángel González
para quererte
tal como te quiero,
para aguardar
con calma
a que te crees
tú misma cada día
a que sorprendas
todas las mañanas
la luz recién
nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina
impalpable que separa
el sueño de la
vida,
resucitándome
con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y
pereza,
sorprendido y
absorto
en la
contemplación de todo aquello
que, en unión de
mí mismo,
recuperas y
salvas, mueves, dejas
abandonado
cuando –luego- callas...
(Escucho tu
silencio.
Oigo
constelaciones:
existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Poeta español
https://www.poemas-del-alma.com/angel-gonzalez.htm
📷 de Internet
(ante cualquier
advertencia
será retirada de
inmediato)
No lo he acabado de entender.
ResponderBorrar¿Haría clones de ambos?
Hola Alfred, gracias por venir amigo. Creo lo mismo, clonar para eternizar.
BorrarUn fuerte abrazo y el inicio de una excelente semana para ti.
qué bonito blog que tienes
ResponderBorrarGracias, saludos.
ResponderBorrar