A veces el lenguaje se enloquece
se va resquebrajando como el hielo
en el vientre de todos los veranos.
Se disuelve buscando el argumento
en el que desbordarse gravemente.
Porque todo lenguaje es un exceso
hay que evitar abusos de retórica
cuando quiere llenar todos los huecos
con filigranas tópicas por líricas
que matan del lenguaje hasta los ecos.
Liviano y grácil en lo metafísico
el lenguaje es la voz de los misterios,
la de la nana al niño que se duerme,
la del amor que sana a los enfermos,
la de la religión que teoriza
sobre la conversión de malo en bueno
y no siempre es capaz de transformar
el agua en vino ni la brisa en viento.
A veces el lenguaje se enloquece
y se sale de sí muerto de miedo,
come y bebe en fuentes de bulimia
y termina arrastrado por el suelo
como un fardo carente de emoción,
asmático de luz, ciego de aliento.
Antes de que eso ocurra, por inercia,
mejor volver al reino del silencio.
Morgana de Palacios
http://ultraversalia.blogspot.com
📷 de Internet
(ante
cualquier advertencia
será
retirada de inmediato)
Muchas gracias, Paty. Lo he visto tarde, pero mejor tarde que nunca. Un abrazo y mucha suerte con este otro precioso blog.
ResponderBorrarHola Morgana, qué bueno que llegaste hasta aquí, a este nuevo rincón y a tu estupenda poesía. Publicaría muchísimas tuyas, pero bueno, son tantas las que admiro y me gustan, tantos poetas, que voy poco a poco.
BorrarUn súper abrazo para ti. Gracias por lo que nos entregas.